Cautiverio

“No trates de ser todo para tu pareja; admite que busque en otros lo que tú no puedes darle.” -Gurdjieff

El amor que creemos que existe.

El amor neurótico que se nos ha heredado y el que se publica en los medios es como querer encontrar a un pájaro; cortejarlo (ya sea siguiendo la moda o yendo en contra del sistema en un baile instintivo de nuestra sed de supervivencia) tomarlo y meterlo en una jaula para nuestro deleite o por patrones sociales.

Nuestro afecto ayuda a que esté feliz, sobrevive si lo alimentamos de semillas de amor y tratamos de ser fieles para que no muera sediento de luz por la ceguera de los celos.

Nuestro allazgo es siempre tan único y especial, que intentamos construir la jaula más bella y cómoda, la perfección que percibimos del ave ahora es contemplada para el gozo del reflejo estético de nuestro ego.

Su compañía puede llegar a ser una insaciable sensación de alegría y su canto una necesidad para nuestros sentidos, pero aún así, dentro de una jaula forjada de ideas posesivas, celos y co-dependencia bañada en oro.

También creemos tener al mejor pájaro, pero finalmente su libertad está privada por mucho que creamos tener una mente abierta, inconcientemente absorbemos todo de él hasta consumir su razón de existencia, y nuestra dependencia y necesidad, despluma su máximo potencial.

Por eso creo que es más sabio y enriquecedor ver pasar una parvada de pájaros.

Ver pasar un pájaro aún que sea por un segundo, pero estando presente y consciente del milagro de sus acrobacias, para empatizar y sincronizar tu alma con su libre canto y vuelo. Es un momento que está -completo-.

Donde no necesitas nada, ni más tiempo para admirarlo, ni ganas de poseerlo… nada más que el acto de contemplar la belleza estética de la libertad misma, un instante tan puro que suspiramos por el anhelo humano espiritual de libertad y paz.

”La fidelidad por obligación, es infidelidad a ti mismo. No eres fiel por voluntad de serlo, eres fiel por ausencia de otros deseos.” -Jodorowsky

El verdadero milagro es ver en el otro, el destello de nuestro deseo de trascender, transformar y evolucionar sin límites.

Ese es el amor a la totalidad del aqui-ahora… el amor puro, libre e incondicional de toda la existencia grabada en un lapso infinito.

AGRADECE SIEMPRE

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